Estas últimas semanas en la consulta he visto varios casos de gastroenteritis aguda. Cuando nos encontramos frente un cuadro de vómitos y/o diarreas, una de las cosas que más debe preocuparnos es la deshidratación.
La deshidratación ocurre cuando perdemos más cantidad de líquido de la que ingerimos. Los bebés tienen más riesgo de deshidratarse que los niños mayores.
Es importante que cuando nos encontremos frente a una gastroenteritis, ofrezcamos frecuentemente líquidos al niño/a para mantenerle bien hidratado. Estos líquidos deben contener, a parte de agua, sales minerales y azúcar, para reponer todo lo que el niño/a está perdiendo a través de los vómitos y las diarreas. Por este motivo, en estas situaciones se recomienda ofrecer los sueros de rehidratación oral.
¿Qué signos debo controlar para vigilar que mi hijo/a no se deshidrate?
- Somnolencia
- Mareos
- Irritabilidad
- Está débil, decaído o sin energía
- Tiene mucha sed
- Llora sin lágrimas
- Tiene la piel fría, sudorosa o pálida
- Boca seca (sin saliva) o pegajosa
- Ojos hundidos
- Fontanela (parte blanda de la parte superior de la cabeza de los bebés) hundida
- Pañales secos, orina poco (ausencia de orina durante 8-12 horas) u orina de color oscuro
- Respira de forma anormal
- Pérdida de peso
- Aparece el signo de pliegue. Este signo consiste en hacer un pequeño pellizco a la piel del niño. Si la piel tras pellizcarla y soltarla tarda unos segundos en volver a su forma habitual, nos encontramos frente a un signo del pliegue positivo y por tanto una señal de posible deshidratación.
Es importante permanecer atentos a estos signos y si aparecen acudir a vuestro pediatra.