Si eres madre de un peque de 2 o 3 años sabrás muy bien de lo que hablo.
Hay momentos en que gestionar el llanto, los gritos y las reacciones se hace muy cuesta arriba.
Nos sentimos agotadas, frustradas…
Y es que, por más que leamos sobre el tema, aunque sepamos que es solo una etapa, lo cierto es que en cuanto estalla la tormenta pareciera que nada funciona.