Con la salida del primer diente ya debemos empezar a lavar los dientes, si si, todos los días e idealmente dos veces al día. Pero hoy no quiero hablar sobre las pautas de higiene dental, sino sobre cómo conseguir que nuestro hijo o hija se lave los dientes.
Hay niños que les encanta ese momento, pero otros que resisten con todo su ser. No les gusta, y el momento de lavar los dientes se convierte en una batalla. Sabemos que es importante hacerlo para su salud bucal, acabamos haciéndolo a la fuerza y en consecuencia cada vez nuestro hijo o hija muestra más resistencia. Solo ver el cepillo, ya se aparta y se pone a llorar. ¿Os suena esta historia?
Así que hoy os quiero dar algunos trucos y tips para hacer más agradable el momento de lavar los dientes.
Empezaremos con unos tips generales:
- Ser ejemplo. Enseñarles como nosotros nos lavamos los dientes, lavarnos los dientes juntos…
- Recurrir al juego simbólico, es decir, lavar los dientes a todo. A las muñecas, a los peluches, a las figuras de animales que tengamos en casa, a los cocodrilos, a las ardillas… ¡todos con los dientes bien limpios! Incluso existen juegos de dentaduras para poder practicar. Además, esto también ayudará a que se familiaricen con el cepillo.
- Explicarles por qué es importante lavarse los dientes (en función de la edad lo pueden entender más o menos). Para esto os recomiendo el cuento de Dos Pediatras en Casa: Lávate los dientes.
- Comprender y validar sus emociones. «Entiendo que no te guste lavarte los dientes. Es importante hacerlo para mantenerlos sanos y limpios. Yo te ayudaré a cepillarlos de tal forma (y aquí podemos añadir algún truco que más adelante os explico)». Pero si conectamos con él o ella antes, con empatía, será mucho más fácil que colabore.
Y añadiré unos trucos un poco más específicos:
- Empezar a lavar los dientes a partir del primer diente. Cuanto más pronto empecemos más fácil resultará en un futuro. El bebé estará acostumbrado y formará parte de un paso más dentro de su rutina habitual.
- Usar utensilios divertidos que nos ayuden a ese momento. Un cepillo de dientes de un color que le guste, un vasito para ponerlo de sus dibujos favoritos…
- Comprar una pasta de dientes de un sabor que le guste, siempre confirmando que tenga las partes por millón (ppm) que corresponden por la edad. Por ejemplo con 1000 ppm (menores de 3 años) hay esta de cereza o esta de fresa.
- Usar un temporizador. Si sabemos cuando algo que no nos gusta tendrá fin, será más fácil hacerlo. Podemos lavar los dientes mientras suene una canción o usar un reloj de arena (son mis favoritos).
- Recurrir al juego. Ya sabéis que para mí lo es todo. El juego conecta niños y adultos. Algunos ejemplos pueden ser:
- «Parece que hay un poco de lentejas (lo que hayan comido) entre estos dientes, a ver, voy a frotar por arriba, voy a frotar por debajo… uy pero si aquí hay otra lenteja, y aquí, y aquí»
- «Parece que estos dientes quieren una ducha de pasta de dientes, vamos a hacerles un masaje con espuma. A ver si consigues frotar con el cepillo y que salga mucha espuma»
- «Vamos a contar cuántos dientes tienes en esta boca tan grande, ¡parece de cocodrilo! Uno, dos, tres, cuatro… (e ir lavando los dientes)»
- Poneros delante del espejo y haced muecas mientras laváis los dientes: boca de león súper abierta, boca de ardillita…
- Explicar una historia mientras se lava los dientes. Inventaros una historia que llame su atención, ¡creatividad a tope! Si para de lavarse los dientes, pausamos la historia. Sigue lavándoselos, continuamos 😉
- «Hablar con los dientes». Uy esta muela me esta diciendo (poner una voz graciosa): mamá, papá, quiero estar bien blanca y limpia, lavadme! Y luego su vecina también! Anda y las del piso de arriba quieren estar igual de limpias y blancas!
Sí, a veces para conseguir que nuestros peques colaboren tenemos que hacer un poco el payaso. Pero creedme, hacer el payaso no solo va bien a los niños, sino también nos va bien a los adultos 😉