Los mocos son secreciones producidas cuando hay una inflamación de las vías respiratorias superiores. La causa más frecuente de que haya este aumento de mucosidad son los típicos catarros producidos por virus. Existen más de 200 virus diferentes que pueden causar un resfriado, aunque el tipo más común es el rinovirus.
Y sí, es desesperante. Cuando empiezan con los mocos, parece que ya no los sueltan hasta la primavera. Les incomodan, no pueden respirar con normalidad y comen y duermen peor.
¿Y cuál es la mejor forma de aliviar los mocos? ¡Los lavados nasales!
Guía básica ABC para hacer un buen lavado nasal
A: Tipo y cantidad de suero
Existen dos tipos de suero para hacer los lavados nasales: el suero fisiológico y el suero hipertónico. El fisiológico nos ayudará en catarros más leves, y el hipertónico, que contiene más sal, nos ayudará si hay una congestión más marcada.
En función de si queremos arrastrar moco de la parte más anterior de la nariz o de si queremos hidratar el moco de la parte posterior, usaremos más o menos cantidad de suero. En el primer caso usaremos más cantidad y lo aplicaremos con un flujo constante. En el segundo, con menos cantidad será suficiente y lo aplicaremos con muy poca fuerza.
Eso sí, debemos vigilar la fuerza que ejercemos para no desplazar el moco hacía los oídos y evitar atragantamientos.
B: Cómo hacer el lavado nasal
Cuando los bebés ya controlan la cabeza y el tronco superior, habitualmente a partir de los 3 o 4 meses, se recomienda hacer los lavados nasales sentados en nuestro regazo.
Los haremos a demanda, cuando los necesite, especialmente antes de comer y de dormir para que esté más cómodo.
C: ¿Debemos aspirar los mocos?
Es posible que llegados a este punto os preguntéis si se recomiendan los sistemas de aspiración. La respuesta es no. No se recomiendan porqué pueden aumentar la inflamación de la cavidad nasal y resecarla, además de la posibilidad de dañar el oído.
Lo que sí recomiendo es la fisioterapia respiratoria infantil, que se encarga de prevenir, tratar y estabilizar las alteraciones que afectan al aparato respiratorio y que impiden que tenga un buen funcionamiento.