Una de las preguntas que frecuentemente me hacen los padres es… ¿Ve ya mi hijo? ¿Cuándo empezará a ver los colores? Tienen unas ganas impacientes de que les vean y les reconozcan. Aunque como yo les explico, los bebés reconocen a sus padres mucho antes de verles, los reconocen por el olor, por la voz, por el tacto…
Al nacer, los recién nacidos empiezan a experimentar la vista. Hasta este momento vivían dentro de la oscuridad de la barriga. Es importante que los padres sepan que en este momento únicamente pueden apreciar objetos a una distancia de aproximadamente 25 cm, que justamente corresponde a la distancia que existe con la madre mientras le da el pecho o a la distancia de ponerse a un palmo de él. Ve borroso, no enfoca y únicamente distingue sombras, luces y formas. Le molesta la luz intensa, sólo ve en escala de blancos, grises y negros. A veces pueden bizquear, es normal.
A partir del segundo-tercero mes, empiezan a ver algún color, por eso se sienten atraídos por los colores brillantes y luminosos. Siguen con la mirada a los padres y son capaces de fijar la vista durante unos segundos. Su campo visual se amplia. Es importante en esta edad jugar a ponerles objetos cerca y moverlos de un lado para otro (mejor si son objetos grandes y de colores vistosos).
A los 4 meses, aprenden a enfocar y sus ojos empiezan a coordinarse. Tienen ya la percepción de profundidad, y podrán ver los objetos y empezar a cogerlos con las manos más adelante. Hasta esta edad el bizqueo puede persistir. Empiezan a ver mejor los colores, especialmente el rojo. Se fijan en las caras de los conocidos, podéis jugar a hacerle muecas para captar su atención.
Con 6 meses pueden mantener la mirada durante más tiempo. Han ampliado su campo visual a 180 grados y siguen los objetos horizontalmente y verticalmente. Tienen preferencia por objetos que tengan gran contraste, como las rayas, los cuadros, las dianas o los círculos.
A los 9 meses se transforman en “dora la exploradora”. Tienen más habilidad en manipular los objetos, buscan con la mirada aquellos que han caído al suelo o que se esconden. Examinan todos los pequeños detalles y distinguen todos los colores. Es el momento de enseñarle muchos cuentos con dibujos.
Y finalmente, al año de vida el pequeño ya habrá desarrollado la vista casi al completo.