Los hemangiomas infantiles son los tumores benignos más frecuentes de la infancia, estimándose una incidencia de aproximadamente el 10% durante el primer año de vida. La palabra «hemangioma» proviene del griego y significa: hema (sangre), angio (vaso), oma (tumor). También pueden recibir otros nombres como angioma o marca de fresa (por su superficie parecida a una fresa). Están formados por una acumulación de vasos sanguíneos y su causa es desconocida.
Su evolución natural consiste, por regla general, en 3 fases. Suelen no estar presentes al nacimiento y aparecer unos días o semanas después en forma de una pequeña mancha rosada en la piel, que afecta predominantemente a la cabeza o al cuello. A partir de aquí, la primera fase corresponde a una fase de crecimiento acelerado (sobretodo en forma de abultamiento y aumento de la intensidad del color a rojo o violáceo) que se mantiene hasta aproximadamente los 6 meses de la vida, posteriormente presenta una fase de estabilidad y finalmente un período de involución que puede durar años. Aunque en general suelen regresar, esto no implica una desaparición completa en todos los casos; a veces pueden dejar alguna pequeña cicatriz residual en la piel.
Habitualmente se diagnostican por su aspecto clínico característico y no es necesario realizar ninguna prueba.
En relación al tratamiento, la gran mayoría no necesitan ninguno ya que suelen desaparecer por si solos y únicamente requieren de mucha paciencia y confianza en vuestro pediatra. No obstante, deben preocuparnos más aquellos hemangiomas que tengan una localización que pueda interferir en alguna función importante (por ejemplo, hemangiomas en el ojo, en el labio, en el cuello…), aquellos que se ulceran con facilidad y provocan dolor, si son grandes o afectan a la cara o si hay muchos (aunque sean pequeñitos). En caso de recomendar un tratamiento, este debería iniciarse antes de los 3 meses de vida.
Normalmente será vuestro pediatra de atención primaria quien diagnosticará, seguirá y controlará estrechamente el hemangioma, haciendo la derivación al especialista si lo cree necesario.