Imagínate ser una niña que te acaban de operar. Te despiertas con miedo y dolor, sin saber muy bien donde estas, abrumada.
Y si, entonces, te ofrecieran una caja llena de bloques de construcción para jugar? La miras con curiosidad y con algo de emoción. Empiezas a construir, y un bloque se puede convertir en una torre, una flor o un cohete.
Y algo mágico sucede, te alivia el dolor y mejora tu bienestar emocional.
Esto fue lo que analizó este estudio, hecho con niños y niñas de 6 a 12 años.
Unieron a 96 niños y niñas ingresados en una unidad de cirugía pediátrica en Tehran. Se les añadía de forma randomizada a 3 tipos de grupos (uno de control, uno que escuchaba música y uno que jugaba con Legos). Se les medía la intensidad de dolor mediante una escala en 4 momentos distintos: inmediatamente después de la intervención, a la media hora, a la hora y a las 3 horas. Concluyeron que construir con Lego, no solo distrae, sino que puede reducir significativamente el dolor postoperatorio en niños y niñas. Jugar con Lego tenía un efecto mayor en reducir este dolor comparado incluso con escuchar música.
¿Qué opinas sobre el poder del juego en los entornos sanitarios? Creo que toda consulta necesita una caja con piezas de construcción. Una opción no farmacológica, económica y efectiva.