¿Por qué mi hijo se enferma tan frecuentemente? ¿Es habitual que tenga tantos resfriados? ¿Puede tener un problema con sus defensas? Seguramente alguna vez os hayan pasado por vuestra cabeza alguna de estas preguntas.
¿Qué son las inmunodeficiencias?
Son unas enfermedades poco frecuentes en las que las defensas de nuestro cuerpo frente a las distintas infecciones funcionan mal. En consecuencia, tenemos más infecciones de lo habitual y éstas suelen ser más graves, más largas, están producidas por gérmenes que suelen ser inofensivos y no mejoran con los tratamientos habituales.
Los niños/as pueden enfermarse frecuentemente. Para que os hagáis una idea, un niño de un año puede tener de media alrededor de 8 resfriados al año. Si tenemos en cuenta que la mayoría de los resfriados se cogen durante los meses de invierno y que cada resfriado puede durar 7-10 días, nos da la sensación de que el niño está enfermo todo el tiempo. Además, aquellos niños que van a la escuela infantil o al colegio, están expuestos a más infecciones.
12 señales que deben hacerme sospechar un problema en las defensas
- Cuatro o más otitis en un año
- Dos o más sinusitis graves en un año
- Dos o más neumonías en un año (confirmadas con radiografía)
- Dos o más infecciones graves, incluida la meningitis o septicemia (infección en la sangre)
- Aftas persistentes en la boca o infecciones por hongos en la piel o en la boca (después del primer año de vida)
- Abscesos en órganos o abscesos en la piel profundos y recurrentes
- Dos o más meses de tratamiento con antibióticos con escaso efecto
- Bajo peso y estatura a pesar de una alimentación adecuada
- Necesidad de recibir antibióticos intravenosos para curar las infecciones
- Infecciones por gérmenes que normalmente no producen enfermedades
- Onfalitis (infección en el ombligo) sin pus y retraso de la caída del cordón umbilical (más de 3 semanas)
- Antecedentes familiares de problemas en las defensas (defectos inmunitarios) o consanguinidad (relación de sangre entre dos personas)
Para conocer si existe algún problema con las defensas, se puede realizar un primer estudio que consiste en un análisis de sangre y que lo puede solicitar vuestro pediatra. Si este primer análisis saliera alterado, vuestro pediatra os derivaría al especialista en inmunología que os haría un estudio más completo.
En resumen, es muy importante no sólo tener en cuenta el número de infecciones que tienen un niño/a, sino también su duración, la gravedad y la respuesta a los tratamientos.
Fuente: Jeffrey Modell Foundation y AEDIP