Tener que transportar vacunas o conservarlas en casa se ha convertido en nuestro día a día. Hay varias vacunas recomendables que no están financiadas y los padres asumen su precio yendo a la farmacia a comprarlas y trasladándolas al medico o enfermera para que las administre.
Las vacunas se deben mantener en unas condiciones especiales para asegurar que conserven su efectividad y potencia, por lo que es muy importante conocer cómo debemos transportar las vacunas.
– Mantener la cadena de frío: ¡Es muy importante! Intenta usar una nevera isotérmica con una placa de frío que haya estado previamente en el congelador. Recuerda que la vacuna no debe estar en contacto directo con el hielo para evitar que se congele. Si hay intención de poner la vacuna en la próxima hora, no es obligatorio llevarla en una nevera pero si recomendable.
Si por alguna razón debes guardar la vacuna en tu nevera, recuerda que es preferible ponerla en los estantes centrales (nunca en la puerta) e inmediatamente al llegar a casa. El frigorífico debe estar entre +2 y +8ºC. Siempre que sea posible recomendamos comprar la vacuna justo antes de acudir a administrarla (de camino al centro), habiéndola reservado previamente en la farmacia.
Ante cualquier duda sobre la alteración de la cadena de frío de la vacuna se recomienda consultar con el médico, enfermera o farmacéutico.
– Proteger de la luz: muchas vacunas pueden alterarse con la exposición a la luz por lo que deben mantenerse dentro de su caja hasta el momento de administrarlas.
– Caducidad: las vacunas también tienen fecha de caducidad, detallada en la caja. Debemos siempre comprobarla antes de administrarla.
Para más información podéis acceder a: http://vacunasaep.org/