Nos toca revisión con nuestro pediatra y sabemos que tocan vacunas. Se lo explicamos a nuestro hijo/a y él o ella nos pregunta «¿me va a dolor?», ¿qué le respodemos?
Está claro que lo último que queremos es que nuestro hijo o hija sienta dolor. Para poder ofrecer una buena respuesta creo que es importante tener en cuenta lo siguiente.
- No mentirle, minimizar o menospreciar su dolor. Si creemos que existe la posibilidad de que le duela, debemos hacérselo saber. Podemos explicarle que cada persona es diferente y cada cuerpo lo puede notar distinto. Lo que él o ella sienta puede ser diferente a lo que nosotros le digamos.
- Usar ejemplos refiriéndonos a otros niños y niñas puede ayudarle a no sentir que es el único que pasa por esto. Por ejemplo: “Algunos niños no sienten dolor, otros pueden sentir como un pellizco o como una picada de insecto”.
- A su vez, es importante recordarle todo aquello que hemos planeado para aliviar el posible discomfort que pueda sentir. Por ejemplo: “Recuerda que estaré a tu lado dándote la mano y que hemos hecho XYZ para ayudar a tu cuerpo a que le moleste lo mínimo posible”.
- Al finalizar, es importante validar sus emociones y todo aquello que ha sentido. Podemos aprovechar para preguntarle como él o ella lo ha notado en su cuerpo, hablar del plan que habíamos pactado para afrontar el procedimiento y si cree que podemos hacer mejoras para la próxima vez.
En nuestra consulta tenemos un protocolo específico para minimizar el dolor durante la vacunación. Otros posts que pueden interesarte son «cómo transformar las visitas al pediatra» y «el miedo a las agujas«.