¿Sabías que un bebé respira de forma mucho más rápida que un adulto?
Puede respirar de 40 a 60 veces por minuto. Además, respiran de forma irregular y más superficial, hay momentos en los que respiran más rápido, otros más lento e incluso pueden llegar a hacer alguna apnea, es decir, estar unos pocos segundos sin respirar. Esta se considera su respiración normal.
Entonces, ¿cuándo deberíamos preocuparnos?
Debemos preocuparnos si:
→ Si respira mucho más rápido del habitual, más de 60 veces por minuto.
→ Si deja de respirar durante más de 20 segundos.
→ Si tiene aleteo nasal, es decir, abre mucho los agujeros de la nariz para poder respirar.
→ Si se le marcan las costillas cuando respira. Como le cuesta respirar, usa toda la musculatura que tiene disponible para poder coger aire, como por ejemplo, los músculos que hay entre las costillas.
→ Si tiene quejido, que es un ruido en cada respiración.
→ Si está de color azul. Esto puede significar que no le llega el suficiente oxígeno.
→ Si tiene tos persistente.
Ante cualquiera de estas señales, debéis consultar con vuestro pediatra para hacer una valoración.