El bruxismo (rechinar los dientes, chirriar los dientes) se produce cuando se aprietan y frotan los dientes superiores con los inferiores. Esta maniobra con los dientes produce un ruido que puede resultar desagradable y puede conducir a un desgaste del esmalte de los dientes por el roce y en consecuencia a problemas de oclusión dental (los dientes no cierran correctamente).
El bruxismo suele ser más frecuente durante el sueño pero se puede producir en cualquier momento del día.
No se conocen sus causas con exactitud aunque en ocasiones se relaciona con problemas psicológicos cómo nerviosismo, estrés, irritabilidad… Hace tiempo se creía que estaba relacionado con la infección por parásitos pero diversos estudios posteriores no lo han podido confirmar.
Es un trastorno que desaparece solo con el tiempo y que en pocas ocasiones persiste en la edad adulta, por lo que de entrada no requiere ningún tratamiento. Sí merece la pena descartar que no haya ninguna causa psicológica e investigar si existe alguna preocupación en el niño. No obstante, si el bruxismo persiste en el tiempo, se recomienda consultar con un odontopediatra para una valoración.
Para prevenirlo se recomienda favorecer una conducta relajada antes de acostarse (baño caliente, leer un cuento, luz tenue…) y evitar la actividad física o mental intensa o el uso de televisión, videojuegos, móviles u otros aparatos antes de irse a dormir.