La natación es uno de los deportes más completos que existen. En el medio acuático, hacemos uso de la mayoría de los músculos de nuestro cuerpo y además desarrollamos nuestro sistema motor, cognitivo, sensorial y social.
En muchas ocasiones recibo preguntas acerca de mi recomendación o no de hacer cursos de natación para bebés.
La natación para bebés tiene el objetivo de estimular al bebé en el agua, para que aprendan a flotar y moverse en el agua, siempre con la ayuda de los padres. A parte de los beneficios que ya hemos comentado, el agua refuerza la capacidad respiratoria y ayuda a la expulsión de moco en caso de congestión, favorece la relajación y el sueño, y mejora el vínculo entre padres e hijos.
Las clases suelen incluir canciones, juegos, bailes, interacción con otros bebés y sobretodo un montón de contacto piel con piel. Y lo más importante, aportan tiempo de calidad con nuestro bebé, ya que durante toda la clase le dedicaremos nuestra completa, exclusiva y constante atención. Además los padres aprenderán estrategias para moverse con el bebé en el agua con más confianza, y así podrán desenvolverse mejor cuando vayan a la playa o a la piscina.
Algunos factores que deberíamos tener en cuenta para escoger el sitio dónde realizar las clases deberían ser: la cantidad de cloro del agua de la piscina, la temperatura, la logística para cambiar al bebé y asegurarnos que los instructores tengan los conocimientos, formación y experiencia necesaria.
En conclusión, las clases de natación para bebés me parecen una experiencia maravillosa para vivir con vuestros peques.