El Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL) es una muerte repentina e inexplicable de un bebé de menos de 1 año de edad, aparentemente sano, mientras duerme. Es una de las principales causas de muerte en niños menores de 12 meses, y la edad de más riesgo es entre los 2 y 4 meses de vida.
Vamos a repasar algunos de los factores que pueden ayudar a prevenirlo:
- Dormir boca arriba, en su cuna, cerca de la cama de los padres. Se recomienda que duerman en la habitación de los padres hasta los 6 meses y aconsejable hasta los 12 meses. No de lado ni en ninguna otra posición. Sí se recomienda girar la cabeza alternando un lado y otro, para evitar moldeamientos. Las cunas deben seguir la normativa europea actual.
Esta práctica disminuye el SMSL en más del 50%. Una pregunta muy habitual que recibo es cuando los bebés empiezan a girarse por si solos por la noche, qué debemos hacer. Cuando ellos mismos son capaces de girarse por si solos el riesgo de SMSL es mucho menor. Nosotros debemos seguir colocando los bebés a dormir boca arriba pero si durante la noche se giran y voltean, que no cunda el pánico.
El colecho se considera un factor que aumenta el riesgo de SMSL, especialmente en los bebés menores de 3-4 meses, prematuros y bajo peso al nacer, si los padres consumen tabaco, alcohol o algún tipo de drogas o fármacos sedantes, en situaciones de cansancio extremo (ej. posparto inmediato) o si se practica sobre superficies blandas, colchones de agua, sofá o sillones o juntamente con otros familiares o niños.
- Superficie rígida, colchón firme y sábanas ajustadas.
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- Evitar almohadas, peluches, edredones gruesos, mantas ni otros objetos en la cuna.
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- El uso del chupete durante el primer año de vida por la noche es un factor protector, siempre que el niño lo quiera y cuando la lactancia materna esté ya establecida.
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- Evitar arropamiento excesivo y mantener una temperatura ambiental agradable (20-22ºC).
- No fumar (ni durante el embarazo ni después).
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- La lactancia materna, especialmente durante los 6 primeros meses, tiene un efecto protector.
- Seguir el calendario de vacunaciones. Nuevas evidencias sugieren que las vacunas pueden tener un efecto protector contra el SMSL.